INTELIGENCIA
ARTIFICIAL
INTRODUCCIÓN
Cuando
en los años cuarenta se pusieron a funcionar las primeras computadoras (esos
roperos de metal, llenos de bulbos) se les llamó “cerebros electrónicos”, ya
que podían hacer sumas. Esto hizo imaginar a muchos: “Mañana las máquinas
conversarán con nosotros”. Mientras los alumnos de cibernética seguían
perforando tarjetas, en el cine la computadora HAL se ponía paranoica y tomaba
la decisión de asesinar a los astronautas de la película 2001, Odisea del
Espacio.
La
industria de las computadoras no dejó de evolucionar y, de pronto, aquellos
enormes aparatos con grandes cintas de carrete se volvieron pequeños y mucho
más fáciles de operar. Un día ya tenían un monitor y un teclado para
comunicarnos con sus circuitos. Al día siguiente aparecieron en nuestras casas las
computadoras personales y hoy están por todos lados, volviéndose
indispensables.
DESARROLLO
La
palabra robot ya ha dejado de ser
sinónimo de androides metálicos que van moviendo sus brazos como tentáculos.
Los robots dejaron de ser ficción en los años ochenta, cuando brazos gigantes
que se movían obedeciendo un programa predeterminado, desplazaron a los obreros
en las fábricas automotrices de Japón. Y aunque la robótica tiene el objetivo
de poner a las máquinas a trabajar en todas las áreas posibles, esto es caro y
complicado. En los Estados Unidos han logrado crear un modelo que es capaz de
caminar, captar el movimiento de una pelota en el aire y cacharla con su mano
mecánica. Sin embargo, para ejecutar un movimiento tan sencillo, el costoso
robot (que asemeja más a una maraña de alambres y pistones hidráulicos que a un
humano) está conectado a varias computadoras que trabajan a su máxima capacidad
intentando coordinar lo que detectan los “ojos” (varias cámaras de video) y el
movimiento del brazo y la mano. Aunque es cierto que Mike —otro robot acoplado
a una lavadora rodante que limpia, pule y abrillanta pisos— es aún tan caro que
cuesta menos tener un empleado que lo haga, no siempre será así. Un día, la
producción en masa hará a los robots baratos.
¿Puede
la inteligencia ser artificial?
La
inteligencia artificial (IA) puede definirse como el medio por el cual las
computadoras, los robots y otros dispositivos realizan tareas que normalmente
requieren de la inteligencia humana. Por ejemplo, la resolución de cierto tipo
de problemas, la capacidad de discriminar entre distintos objetos o el
responder a órdenes verbales. La IA agrupa un conjunto de técnicas que,
mediante circuitos electrónicos y programas avanzados de computadora, busca
imitar procedimientos similares a los procesos inductivos y deductivos del
cerebro humano.
El
avance en la investigación de las redes neuronales va ganando terreno a una
velocidad espectacular. Entre sus aplicaciones destaca la poderosa computadora
Deep Blue, que puede vencer a cualquier jugador de ajedrez: no sólo tiene gran
cantidad de jugadas programadas, sino que aprende de su adversario, por lo que
se va volviendo capaz de adelantarse a las decisiones de su enemigo y hundir
sus estrategias antes de que prosperen. Esas redes también se han usado en los
autos robot, que pueden circular por las autopistas a una velocidad normal con
un excelente margen de seguridad. Siguiendo esta línea de avance, es posible
que en la próxima década sea común que en la central de autobuses una máquina
pregunte al pasajero si desea viajar en un autobús conducido por un humano o
guiado por computadora; este último servicio será más seguro y por lo tanto más
caro.
Se
espera que en poco tiempo, imitando el funcionamiento de nuestro cerebro, las
computadoras ya no tendrán un gran procesador, sino miles (y más adelante
millones) de pequeños procesadores totalmente interconectados entre sí, lo que
permitirá la maravillosa capacidad de aprender a través de experiencias
recogidas por los “sentidos” de la máquina (cámaras de video, micrófonos,
etcétera).
¿Qué
podemos esperar en el futuro?
Se
han hecho cuantiosas predicciones de lo que la aplicación de las técnicas de IA
traería en el futuro; algunas podrían ser realidad en poco tiempo y otras
parecen francamente especulativas.
Echemos
un vistazo: En el terreno de las computadoras personales, la velocidad de un
procesador será enorme y no podremos agotar su memoria ni cargando ciclos
enteros de cine ruso, que podremos ver doblados al español con una voz idéntica
a la de los actores.
La
red Internet, que llegará a nuestra casa a través del cableado óptico,
transportará inmensas cantidades de información que serán cargadas en nuestra
computadora en décimas de segundo.
Las
imágenes aparecerán instantáneamente y nos reiremos de la época en que una
página tardaba hasta 10 minutos en “bajar”.
Los
estudiantes tendrán cada vez más clases virtuales en las que accederán
directamente a los bancos de información de la universidad y se comunicarán con
sus maestros sólo para resolver dudas o exámenes.
Pronto
los robots comenzarán a desplazar al personal que nos atiende detrás de las
ventanillas. Una máquina podrá perfectamente cambiarnos un cheque y resolver de
manera satisfactoria las dudas sobre nuestro estado de cuenta.
Quedarán
en el pasado los tipos de traje peleándose a gritos en las casas de bolsa. Las
computadoras, conectadas en red a los indicadores bursátiles de todo el mundo,
moverán los capitales de un lugar a otro, sin que sea necesaria la voluntad
humana, obedeciendo tan sólo a agresivos programas que beneficiarán a los
dueños del dinero, sin importar si una nación se hunde en una pavorosa crisis
en algunos instantes.
Los
edificios “inteligentes” serán comunes. Al llegar a casa la puerta se abrirá
con el sonido de nuestra voz.
Es
muy probable que en pocos años, robots cirujanos realicen complejas inter
quedado sola, ahorrando electricidad. La temperatura también será regulada por
la computadora central para ofrecernos un clima venciones utilizando el instrumental
quirúrgico con la precisión de una impresora. Algún día, el Sojourner, el robot
que exploró Marte, será una caja de zapatos comparada con los que llegarán a
ese planeta, no para posar un espectrómetro sobre las piedras, sino para
construir los centros urbanos de los primeros colonizadores. La última frontera
serán los robots biológicos autorreplicantes que poblarán en nuestro nombre
otros sistemas solares hasta hacerlos habitables para nuestra especie.
CONCLUSIÓN
Al
parecer la inteligencia artificial promete un mundo fantástico, pero ¿realmente
lo será? ¿Qué pasará, por ejemplo, con la enorme cantidad de seres humanos que
no tienen acceso a la educación ni a la tecnología?, ¿qué pasara con las
relaciones humanas y con la economía, con la enorme brecha entre ricos y
pobres, entre desarrollo y subdesarrollo? No sabemos a ciencia cierta cuál será
el futuro de la humanidad, pero sí sabemos que indudablemente cambiarán las
relaciones de producción y quizá de comunicación. Es altamente probable, por
ejemplo, que se agrave aún más el problema del desempleo; que se transformen
radicalmente los conceptos de ocio y tiempo libre; que cambien las relaciones
laborales entre patrones y trabajadores; que haya una revolución aún mayor en
cuanto al acceso a la información y que se agudicen las diferencias entre
países hacedores de tecnología y de aquellos históricamente dependientes. Es
casi seguro que la inteligencia artificial y el desarrollo tecnológico
subsecuente estarán al servicio de una minoría. Si por el contrario, el
desarrollo tecnológico –y específicamente la inteligencia artificial— se
utiliza para lograr que todos en este planeta logremos un mejor nivel de vida
en estricta relación con el medio ambiente, tal artificio será realmente
inteligente.
¿Por qué has elegido este tema?
En
una primera instancia me pareció interesante el título de la publicación,
aunque sinceramente después de haber leído todo el documento me sorprendí de
como a avanzado la tecnología y lo que se pronostica que puede venir, y gracias
a esto me e motivado más en seguir preparándome para estar preparado para las
exigencias futuras que se pudieran presentar
¿De dónde partiste para empezar a
escribir?
Partí de la
lectura del eje donde sinceramente me confundí mucho sobre lo que tenía que hacer
en esta actividad y después de haber leído decidid realizar mi trabajo con la
estructura de introducción, desarrollo y conclusión del autor.